Cómo poner límites al cuidado de los nietos

Cómo decir ‘no’ y poner límites al cuidado de los nietos

Decir ‘no’ cuando te piden que te hagas cargo de los nietos puede ser un desafío para muchos abuelos y abuelas. Sin embargo, establecer límites claros y comunicarlos con asertividad es fundamental para mantener el equilibrio entre las responsabilidades y la vida personal. Te contamos cómo lograrlo, sin culpa y sin conflictos.

La conciliación no es fácil, todos lo sabemos y lo sufrimos, y es muy habitual que las familias, cuando llegan los niños, recurran a los abuelos y abuelas para que se hagan cargo de los pequeños. Una situación que muchas veces se vive como una obligación que nadie les pregunta si quieren asumir, ni se establecen normas.

Amaya Sáenz de Urturi, psicóloga del programa Logroño Acompaña del Ayuntamiento de Logroño, lo ve a diario en los diferentes talleres que imparte. “A mí lo que me trasladan muchas veces los mayores es que les gustaría decir que no, pero que no son capaces”. Algo que tiene su origen en “esa complacencia que tiene la gente mayor, sobre todo las mujeres, que tratan de hacer lo que se les pide y dar gusto a todo el mundo». Para los mayores que se ven en esta situación, tiene algunos consejos que pueden resultarles de mucha utilidad.

Poner límites al cuidado de los nietos

La conversación para poner límites es muy complicada. Para Sáenz de Urturi, es un tema que, a ser posible, se tendría que abordar antes de que nazca el nieto o la nieta. “Sería ideal tener una charla con tu hija o con tu hijo diciéndole que estás feliz de ser abuela o abuelo, pero ir marcando límites”. Cada persona debe definir sus ‘líneas rojas’ antes de entablar ese diálogo para poder expresar hasta dónde está dispuesta a implicarse y en qué cosas sí y en cuáles no.

“Sería ideal tener una charla con tu hija o con tu hijo diciéndole que estás feliz de ser abuela o abuelo, pero ir marcando límites”

“Esto no es sencillo, porque luego hay que entender las situaciones en concreto, como que un niño se ponga enfermo o que uno de los padres esté ingresado y el otro cuidándole… Al final la abuela renuncia a todo”.  Pero hay que tratar de fijar esos límites. “Si te gusta viajar, puedes dejar claro que vas a ayudar, pero que los viajes que tienes planeados no los vas a dejar”.

Tomarse un tiempo antes de responder

Es recomendable darse un tiempo para pensar antes de responder a los hijos cuando piden ayuda para el cuidado de los nietos. “Muchas veces los abuelos se comprometen, pero luego se dan cuenta de que se han apuntado a una excursión, incluso la han pagado, y acaban renunciando porque ya les han dicho a sus hijos que sí. Tienen que tener un momento para pensar si tienen algo previsto y en función de eso decidir”.

‘No’ a la culpabilidad

El sentimiento de culpabilidad es uno de los principales obstáculos a la hora de decir ‘no’. Pero también se puede trabajar para eludirla. “Lo mismo que desde niños aprendemos a aceptar frustraciones, tenemos que asumir que no podemos complacer a todo el mundo siempre que ellos quieran, sino que primero está nuestro autocuidado”.

Si ya se ha establecido y marcado un límite -por ejemplo, no dejar de acudir a una actividad a la que nos hemos apuntado salvo que sea una urgencia-, no debería asomar ese sentimiento. Incluso, si surge esa urgencia, se puede ayudar a buscar alternativas como recurrir a otros familiares que puedan estar disponibles. Implicarse en la solución contribuye a sobrellevar esa sensación de culpa.

Asertividad, la importancia de mantenerse firmes

Sáenz de Urturi aconseja a las personas que han decidido decir ‘no’ en una situación concreta “que se mantengan firmes. “Pueden dar una explicación breve, pero que no se enreden en muchos comentarios y no acaben cediendo a la emoción negativa”. A veces, la desazón que les provoca a los mayores ver la contrariedad de sus hijos, les lleva a aceptar; en esos momentos “hay que aplicar el autocontrol” para priorizarse.

Cambio de tendencia en los mayores

Según explica la psicóloga del programa ‘Logroño Acompaña’ hay un cambio de tendencia en la actitud de los mayores en este tema. Las personas que están entre 60 y 70 años suelen establecer esos límites. “Tienen claro que ellos ya han cuidado a sus hijos y que están para ayudar y compartir, pero que la responsabilidad no es suya”. Son los que manejan mejor la culpa. Sin embargo, los más mayores “la llevan fatal”, por los roles aprendidos culturalmente.

“Incluso cuando les intentas hacer ver que están sobrecargados, que sufren el síndrome de los ‘abuelos esclavos’ y que su bienestar es fundamental, no se atreven a decir que no”. Cuando se llega a ese punto, los abuelos “pierden su conexión con el mundo” y su vida social, debido a las obligaciones que conlleva estar a disposición de los nietos.

Sin embargo, afortunadamente, estos casos no son ya tan frecuentes. “Cada vez son más los abuelos que marcan el límite y quiero pensar también que los hijos son conscientes de que sus padres tienen sus propias vidas más allá de la familia” asegura la psicóloga.

Lo que no ha cambiado y nadie pone en duda son las numerosas ventajas que tiene el contacto estrecho entre los mayores y los nietos y lo que ambas partes lo disfrutan. “Cuando hago talleres, cada día les pregunto por su mejor momento de la semana y los que tienen nietos siempre hablan de lo que han vivido con ellos: una reunión familiar, una llamada de la nieta o el nieto, o que hayan ido a verlos”.

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