La Academia Riojana de Gastronomía ha realizado la entrega de sus IV Premios anuales, reafirmando así el valor de la gastronomía como motor cultural, social y económico de La Rioja. El acto tuvo lugar en el Centro de la Cultura del Rioja y reunió a más de 150 personas del mundo de la restauración, el vino y la alimentación.
En esta edición, los premios reconocieron a tres instituciones centenarias que representan la constancia, la tradición y la calidad, señas de identidad riojanas: Martínez Somalo, la Denominación de Origen Calificada Rioja (DOCa Rioja) y el bar Blanco y Negro. Tres ejemplos de cómo el paso del tiempo se convierte en un aliado de la excelencia y la profesionalidad.
La gala, conducida por el periodista José Ribagorda, vinculado a la divulgación gastronómica, contó con la asistencia del presidente del Gobierno de La Rioja, Gonzalo Capellán de Miguel, y del alcalde de Logroño, Conrado Escobar.
Recogieron los premios Elena Martínez Garnica, consejera delegada de Martínez Somalo; Raquel Pérez Cuevas, presidenta del Consejo Regulador de la DOCa Rioja; y Andrés Fernández y Marian Mendoza, propietarios del Blanco y Negro.



El tiempo como garantía de calidad
El presidente de la Academia Riojana de Gastronomía, Pedro Barrio, destacó que los tres premiados “comparten una misma filosofía: el respeto por la tradición y la capacidad de evolucionar sin perder su esencia”.
“Ha sido una mágica coincidencia que los tres superen el siglo de vida, lo que nos lleva a pensar que el tiempo es un gran compañero de viaje de la calidad que representan”, añadió.
Barrio señaló además el papel de la gastronomía como fuerza transformadora: “Es un motor de actividad con un gran impacto económico, cultural y social. La Academia quiere promocionar La Rioja a través de su gastronomía; realzar nuestros productos y productores; proyectar hacia fuera una imagen de calidad y trasladar hacia dentro un mensaje de autoexigencia que nos estimule a seguir mejorando”.

Excelencia con raíces riojanas
Cada uno de los premiados representa una forma de entender la gastronomía basada en la autenticidad y el esfuerzo colectivo.
Martínez Somalo, fundada en 1901 en Baños de Río Tobía, combina la tradición artesanal con la innovación tecnológica en la elaboración de embutidos y jamones que hoy se exportan a más de 35 países. Su historia es la de una familia que ha sabido mantener intacto el valor del producto bien hecho, adaptándolo a los nuevos estándares de la alta cocina contemporánea.
La DOCa Rioja, primera Denominación de Origen de España y pionera en alcanzar la calificación de “Calificada”, cumple un siglo de historia convertida en referente mundial. Su nombre es sinónimo de rigor, diversidad y excelencia. Los vinos de Rioja están presentes en los mejores restaurantes del mundo y representan el equilibrio entre la innovación y la herencia vitivinícola de una región que ha sabido evolucionar sin renunciar a su alma.
El bar Blanco y Negro, abierto a finales del siglo XIX, es el establecimiento más antiguo de la calle Laurel y un icono de la cultura del pincho riojano. Su historia es también la de Logroño y de miles de personas que han hecho de “ir de pinchos” una forma de vida, una expresión de convivencia y una carta de presentación de la gastronomía de calidad.
Un símbolo de unión y de futuro
Cada galardón está representado por la escultura Gestos, del artista riojano José Antonio Olarte, una pieza que evoca las manos y los movimientos cotidianos de la cocina: “gestos para reunir, charlar, compartir, convivir, soñar”. Una metáfora perfecta del arte culinario como espacio de encuentro y de identidad colectiva.
La velada concluyó con una propuesta gastronómica del restaurante ARSA, titulada “Interpretación de los pinchos riojanos”, una revisión contemporánea de los sabores tradicionales que puso el broche final a una noche dedicada a la excelencia.
Los Premios de la Academia Riojana de Gastronomía cuentan con la colaboración del Gobierno de La Rioja, el Ayuntamiento de Logroño, la Obra Social de Caja Rural de Navarra y la UNIR, entidades que comparten el objetivo de fortalecer la cultura gastronómica como una de las grandes señas de identidad de la comunidad.




