María Trinidad Herrero, Riojana Ilustre

«La ansiedad y el estrés emocional matan más neuronas que el alcohol u otros tóxicos y drogas»

La calagurritana María Trinidad Herrero acaba de recibir el título de Riojana Ilustre, la distinción más importante que concede el Gobierno de La Rioja, por sus investigaciones sobre el envejecimiento cerebral y enfermedades como el párkinson o el alzhéimer.

Catedrática en Anatomía y Embriología Humana, licenciada en Periodismo y en Publicidad y Relaciones Públicas, ha ejercido la docencia en universidades de varios países. Desde hace 35 años es profesora de Anatomía Humana en la Universidad de Murcia y forma parte, desde 2021, de la Real Academia Nacional de Medicina de España.

Con una larga y brillante trayectoria desarrollada lejos de su tierra, siempre se siente «cerquísima» de La Rioja. En Calahorra, donde nació en 1961, continúa empadronada y conserva su casa, a la que vuelve siempre que puede. Allí empezó todo: la curiosidad, las preguntas y la pasión por entender el cuerpo humano.

¿Qué ha supuesto este reconocimiento de tu tierra?

En primer lugar fue una sorpresa, lo viví con muchísima emoción. Por una parte siento que es un privilegio aunque no sé por qué se han fijado en mí. Pero también creo que cuando tienes este tipo de reconocimientos, es una responsabilidad. Me obliga, entre comillas, a dar mucho más y acercarme más a La Rioja, aunque yo estoy cerquísima de esta tierra. Paso las vacaciones de Navidad, Semana Santa, en vacaciones de verano… Siempre voto en La Rioja.

¿Este premio tiene un valor especial por ser un respaldo a la investigación y también  por ser el reconocimiento a una mujer científica, que suele ser más complicado que se produzca?

No sé si hay más mujeres o varones que han recibido este premio, pero efectivamente, suele haber más hombres en los premios en general. Si me lo han dado por la medicina y la investigación en neurociencia principalmente, creo que tiene valor para que los jóvenes puedan saber que la ciencia es importante y que puedes vivir dedicándote a esta profesión. Y que además puedes ser muy feliz con ello. 

«La genética no lo es todo en el envejecimiento, lo importante son los hábitos de vida»

Licenciada en Medicina, Cirugía, y en Periodismo, catedrática de Anatomía y Embriología, investigadora del envejecimiento … ¿Se podría decir que te apasiona conocer la vida en todas sus dimensiones?

Desde que tengo uso de razón, siempre me gustó saber más, es un hambre de conocer continuo. Me gusta aprender, me gusta que me enseñen los que saben más y además relacionar diferentes temáticas. Periodismo, principalmente, y publicidad y relaciones públicas están muy relacionados, por ejemplo, con el sistema nervioso. Todo lo aprendemos haciendo, dando mayor plasticidad al cerebro y aprendiendo diferentes técnicas y formas de comunicación. Está todo relacionado.

¿Y hay algo de esa infancia vivida en Calahorra que despertara y avivara esa curiosidad?

Sí, tanto en casa como en el colegio. Yo estudié en Teresianas quince años, desde los tres años hasta que me fui a la Universidad estuve en el mismo colegio y realmente nos motivaban mucho a aprender. También en mi casa nos animaban a leer mucho.

A los seis años tuve mi primer libro de lectura y aprendí las poesías de memoria.  Creo que sí, que el caldo de cultivo que encuentras en casa y donde estudias es absolutamente importante y determinante para crear vocaciones.

¿Recuerdas el título de ese primer libro?

Sí, El silbo del aire. Lo tengo todavía.

«Estamos haciendo estudios en personas centenarias para descubrir qué es lo que les lleva a vivir bien tanto física como mental e intelectualmente»

Has investigado el envejecimiento y enfermedades como el párkinson y el alzhéimer. ¿La ciencia va a permitirnos vivir más?

Absolutamente. A principios del siglo XX, antes de la aparición de la penicilina, en 1929, la esperanza de vida de la mayor parte de la población no llegaba a los 40 años. ¿Quién nos ha salvado de la COVID? La ciencia. La ciencia es la que está aumentando la esperanza de vida de los seres humanos en todo el mundo. No solo estamos viviendo más años, sino que hemos ocupado todas las zonas del planeta Tierra, ya sean desiertos, ya sea el Polo. Somos ocho mil millones de personas, de almas. Eso es porque la ciencia se ha aplicado en la biomedicina y la biotecnología y nos permite vivir más y vivir mejor.

¿Cuáles son las investigaciones que actualmente están aportando más luz en ese sentido?

Una de las cuestiones más importantes es que la genética no lo es todo, lo importante son los hábitos de vida. Tendríamos que cambiarlos desde el nacimiento para que luego no cueste adquirirlos, porque eso es fundamental no solamente para vivir más, sino que los años que les damos de más a nuestra vida sean también saludables. La Organización Mundial de la Salud ha determinado que aunque está aumentando la esperanza de vida, aproximadamente los diez últimos años de la mayor parte de los humanos son muy mejorables. Se viven en condiciones de malestar, porque no es bienestar. ¿Para qué queremos vivir diez años más si vamos a ser dependientes? 

Se están haciendo muchísimos experimentos y análisis en muchísimos laboratorios del mundo en relación a cuáles deben ser los hábitos saludables y cómo conseguir que la población los aprenda, los aprehenda y los haga suyos de forma natural. Pero también se están haciendo muchos experimentos y muchos análisis de cómo el cerebro tiene que mantenerse activo y crear nuevas neuronas. Para ello se tienen que evitar todos los tóxicos, que realmente nos afectan.

También nos afecta lo que yo denomino como enfermedad del siglo XXI: la ansiedad y el estrés emocional crónico, porque eso mata más neuronas que el propio alcohol o otros tóxicos y drogas, tanto lícitas como ilícitas. 

«Tendremos que seguir luchando y evitando que la inteligencia artificial nos haga retroceder en derechos»

¿En qué aspectos está centrando sus investigaciones en la Universidad de Murcia?

Uno de los estudios que estamos haciendo es determinar los niveles de ansiedad de la población y ver cuál es su calidad de vida. Y también estamos haciendo estudios en personas centenarias para descubrir qué es lo que les lleva a vivir bien tanto física como mental e intelectualmente. En muchas de ellas, la clave es que han llevado unos hábitos de vida muy saludables, con lo cual tienen unos sistemas inmunológicos que favorecen un enlentecimiento del envejecimiento. Y también son personas muy positivas. Sería ideal conocer todo esto con mayor detalle para poder aplicarlo a toda la población.

María Trinidad Herrero con el presidente de La Rioja, Gonzalo Capellán

¿Cuáles serían los principales consejos que tendríamos que tener en cuenta para mejorar esos hábitos y tratar de sumar más años?

Aquí tendríamos “los 5 básicos cardiovasculares”,  porque el cerebro necesita oxígeno y glucosa para funcionar bien y de esto se encarga el sistema cardiovascular. Entonces hay que evitar el sedentarismo, la obesidad, la diabetes, la hipertensión y el colesterol. Esos 5 básicos son esenciales también para un bienestar físico y cerebral y para lograrlos es fundamental tener una buena alimentación.

Pero el cerebro es mucho más. Va a necesitar dormir bien y evitar el estrés, y el ejercicio ayuda en ambos aspectos. Evitar el sedentarismo es súper importante. Hay que hacer deporte pero no sólo físico, también ejercicios mentales. 

Y también hay que socializar, evitar la soledad. El ser humano es un animal sociable, como decía Aristóteles; estar en contacto con los demás nos hace sentirnos bien y útiles. Además, es imprescindible evitar los tóxicos, tanto los ilícitos como los lícitos. Y el estrés emocional crónico, como hemos comentado, está matando a la mayor parte de la sociedad en todos los países. 

¿Y en la alimentación?

Hay que tomar alimentos y productos naturales, comprar aquellos que son de temporada para evitar que estén intoxicados adicionalmente por todo lo que les añaden en el proceso de manufactura. Que sean productos naturales y con muchos colores. Lo ideal es que lleguen del campo a la mesa. Y esto todavía en La Rioja se puede hacer porque la mayor parte de los pueblos riojanos son pequeños, no son demasiado grandes, con lo cual se puede tener una calidad de vida estupenda.

Te declaras ‘militante feminista’ y has participado activamente en importantes foros para avanzar en la igualdad de la mujer en la ciencia y en otros ámbitos. ¿En qué escenario nos encontramos ahora mismo?

Estamos en un ámbito de mayor igualdad gracias a las mujeres que trabajaron y que lucharon durante muchísimos años desde las sufragistas y mucho antes. Pero queda mucho porque todavía existen muchos micromachismos y desigualdades, incluso estructurales. Los factores sociales, económicos y culturales son diferentes para los hombres que para las mujeres.

Tendremos que seguir luchando y evitando que la inteligencia artificial nos haga retroceder en derechos. Porque muchas de las informaciones que se están introduciendo para conseguir las predicciones están sesgadas: lenguajes que no son inclusivos, roles de mujeres y de varones que están obsoletos… Y esto es un peligro; no podemos bajar la guardia, ni hombres ni mujeres. Porque una sociedad es mejor si se basa en la igualdad de oportunidades de todos los individuos.

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